miércoles, 28 de noviembre de 2007

contra el anisakis



Alteraciones gástricas:
Dónde está el parásitoSegún los datos del Ministerio de Sanidad, se ha detectado la presencia de anisakis en un tercio del pescado en las lonjas. Investigadores y médicos vascos han dado más datos sobre este minúsculo gusano de no más de un centímetro. Según los expertos, el anisakis se encuentra en el 100% de las vísceras de la merluza del Cantábrico, en el 81% del bonito grande y en el 40% de las sardinas. Las larvas se instalan en el tracto gastrointestinal y pueden producir inflamación hasta llegar a perforar el estómago o intestino e infectar a otros tejidos y órganos en los casos más graves. Los síntomas se presentan con dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarreas. Ante estos síntomas y la sospecha de estar asociados a la ingesta de pescado crudo, se debe acudir rápidamente al médico. Las técnicas endoscópicas permiten detectar las larvas y, a su vez, extraerlas aunque, a veces, puede ser necesaria la intervención quirúrgica.


Reacción alérgica:

Hay personas que cuando ingieren pescado infectado por este parásito presentan síntomas que van desde una simple urticaria o un angiodema (grandes ronchas en la piel) a cuadros más graves como shock anafiláctico, que requieren de ingreso hospitalario. Aunque cada vez es menos frecuente, existen algunos casos extremos que han derivado en muerte. El diagnóstico se realiza a través de pruebas como la detención de anticuerpos inmunoglobulina E, así como de sensibilidad cutánea.


Lo mejor es prevenir Estas normas de actuación son decisivas para reducir al máximo el riesgo de contraer la enfermedad causada por el anisakis:

→ No ingieras pescados ni cefalópodos crudos, ahumados en frío, marinados, en vinagre, ceviche, carpaccio o sushi.

→ Compra siempre el pescado limpio y sin vísceras (tripas).

→ Consume preferentemente colas de pescados grandes y procura evitar las áreas ventrales cercanas al aparato digestivo del pescado.

→ Congela el pescado que vayas a comer, tanto cocinado como crudo, al menos a -20 grados durante una semana en frigoríficos de tres o cuatro estrellas. Este es el procedimiento más eficaz para inactivar el parásito, ya que las larvas congeladas pierden su capacidad de producir la enfermedad.

→ Comprueba que el cocinado al horno, a la plancha y al microondas esté 'bien hecho' pinchando la pieza con un tenedor o cuchillo; la carne debe desprenderse fácilmente de la espina y tener un color opaco. Una regla general es cocinar, durante al menos diez minutos, las piezas de 2,5 cm de grosor a una temperatura que oscila entre 55 ºC y 70 ºC. El calor asegura la completa destrucción de las larvas del parásito.

→ Consume el pescado ahumado en caliente y pasteurizado.

→ Asegúrate siempre de comer en bares y restaurantes que ofrezcan las garantías suficientes. La normativa obliga a un ciclo de congelación de 24 h para todo el pescado que se sirva al público.



Elige bien el pescado que comes

■ No causan la enfermedad, aunque se consuman crudos, ostras, mejillones, almejas, coquinas y demás moluscos bivalvos; los pescados de aguas continentales y de piscifactorías de agua dulce (truchas o carpas).

■ También se puede comer en crudo, y sin congelar, pescados desecados (bacalao) y las semiconservas tratadas con sal y calor, como las anchoas. Pero hay que tener cuidado con boquerones en vinagre y pescados en escabeche y marinados, carpaccios, huevas crudas y arenques

1 comentario:

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